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Más allá de la inversión: cómo la industria financiera puede lograr una sostenibilidad integral

El cambio climático está regresando a la vanguardia de los titulares nacionales, por lo que está siendo un llamado de atención para los diferentes sectores económicos a prender las alarmas y llevar adelante estrategias que ayuden a mitigar estos grandes impactos en el ambiente. Por lo que, en este caso, el sector bancario y financiero podría asumir un papel crucial en influir en los patrones de producción y consumo global.

Para cerrar esta brecha a corto plazo, los actores de la industria pueden colaborar con socios que desarrollen productos sostenibles, así como adoptar prácticas, programas e iniciativas más ecológicas que puedan crear un impacto ambiental visiblemente positivo. Entre los programas clave, podemos citar la campaña global con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) que insta a todos los ciudadanos a eliminar el uso de microplásticos y detener el uso excesivo de plástico de un solo uso, con el fin de combatir la contaminación plástica. 

Industria financiera: innovación y colaboración

Para el caso de Colombia, la construcción de un sistema financiero, junto con la tecnológia cada día es una realidad. De acuerdo con Colombia Fintech, actualmente hay 322 empresas Fintech en el país, así como 9.308 empleos que se generan gracias a este sector. Así mismo, el 76% de la población digital activa en Colombia usa soluciones Fintech, lo cual evidencia un gran crecimiento en este ecosistema.

Ahora, la digitalización y el comercio electrónico han experimentado aumentos repentinos en la región, lo que ha provocado una rápida adopción generalizada de soluciones de pago digitales. Por ende, esta es una oportunidad para que el sector financiero adopte soluciones de tecnología financiera sostenible e innove con productos centrados en el cliente y que también reduzcan el impacto climático.

Igualmente, se encuentran en el mercado las tarjetas ecológicas otorgadas por la banca tradicional, y las tarjetas totalmente digitales ofrecidas por las fintech, las cuales ofrecen nuevas posibilidades de pago a los consumidores, y brindan más oportunidades para que los proveedores de servicios ofrezcan experiencias de pago flexibles pero respetuosas con el medio ambiente. 

Adoptar una “mentalidad ecológica” es compatible con los objetivos de la industria

Si bien la industria financiera generalmente ha tomado la ruta de inversión para crear productos ecológicos con el fin de satisfacer los objetivos ambientales, de sostenibilidad y de gobernanza (ESG), en algunas circunstancias en el sector se ha cuestionado si perseguir los compromisos ESG podría ser incompatible con la rentabilidad. Sin embargo, esto no es así, ya que el 92 por ciento de los consumidores esperan que sus instituciones financieras persigan objetivos ecológicos.

Además, la intersección entre los deseos de los clientes modernos y la industria, también se pueden lograr resultados de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) si colocan los objetivos ESG en el centro de su agenda. Por lo que, las partes internas y externas priorizan cada vez más el clima, y al hacerlo impulsan al sector hacia el logro de los ODS. 

Dado el creciente sentimiento público, la conciencia y atención de los clientes a los problemas climáticos, las empresas que no dan un paso al frente corren el riesgo de ser percibidas como indiferentes al medio ambiente, por lo que pueden perder frente a los competidores a largo plazo. Por lo tanto, el ímpetu es no solo innovar con nuevos productos, sino también formar asociaciones y colaboraciones simbióticas que tengan un impacto holístico.

A largo plazo, encontrar formas de colaborar y reinvertir en el medio ambiente debería ser la máxima prioridad del sector. No solo pueden mitigar el riesgo climático y atraer una base de clientes más amplia, sino que también pueden tener un efecto positivo en los ecosistemas financieros y económicos de toda la región al crear una economía saludable y sostenible para el futuro.