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El rol de las mujeres en el mundo cibercriminal

Si bien las mujeres ciberdelincuentes son (todavía) una minoría, ciertamente existen en la clandestinidad

Con el anonimato en el cibercrimen, el género juega un papel mucho menos importante que en otras comunidades en línea. En muchos sentidos, es una de las comunidades en línea más meritocráticas, donde los desarrolladores son valorados por sus habilidades y experiencia, y no necesariamente por su género cuando se trata de realizar negocios clandestinos. Trend Micro, líder mundial en ciberseguridad, presentó un trabajo de investigación, en el que demuestra que el número de mujeres ciberdelincuentes está teniendo mayor participación en el mundo cibercriminal. 

En general, se acepta que la mayoría de los ciberdelincuentes son hombres. Pero, las mujeres ahora cobran mucha más relevancia en este aspecto. Si bien es más común escuchar a los investigadores usar los términos “él” o “ellos” cuando se refieren a un ciberdelincuente que aún no se ha atribuido, hay que empezar a tener una perspectiva más amplia. El sesgo de género, ya sea explícito o implícito, puede socavar gravemente una investigación criminal, en muchos casos, investigar y entrevistar a una mujer sospechosa requiere una mentalidad diferente.

El género es uno de los factores importantes en el tratamiento de diferentes tipos de delitos. Para las mujeres, no existe un camino dominante que las lleve a cometer o involucrarse en actividades delictivas. Pero al comparar situaciones pasadas y actuales, se observa que en la economía clandestina de los ciberdelincuentes se aceptaba menos a quienes se identificaban como mujeres, según las discusiones en los foros. Sin embargo, en los últimos años, el género se ha discutido menos cuando se trata de negocios.

Existen diferentes teorías con respecto a la falta de participación de las mujeres en el delito cibernético. Según un estudio realizado por la World Wide Web Foundation en 2020, es menos probable que las mujeres creen contenido en línea, comenten o publiquen sobre eventos políticos cuando se conectan, y el 29 % tiene más probabilidades de vender o publicitar un producto. 

Otra teoría es el producto de tener un bajo número de mujeres que practican la seguridad cibernética como parte de la fuerza laboral, ya que los delitos cibernéticos suelen ser de naturaleza técnica. De acuerdo con Cybersecurity Ventures predice que las mujeres representarán el 30 % de la fuerza laboral mundial en ciberseguridad para 2025, y hasta el 35 % para 2031. El informe también mencionó que, a partir de 2021, las mujeres ocupan el 25 % de los trabajos de ciberseguridad en todo el mundo, lo que refleja un aumento anual de mujeres practicantes incluso en promedio. 

Participación femenina en aumento

Hasta la fecha, son pocas las investigaciones sobre la participación de las mujeres en la clandestinidad cibercriminal. Anteriormente, la comunidad hacker percibía a las mujeres ciber delincuentes con hostilidad, ya que, si las mujeres se identificaran, los usuarios las acosarían y, en ocasiones, reducirían su reputación o puntos de popularidad en los foros. Pero a medida que las normas sociales comenzaron a cambiar, la clandestinidad ciberdelincuente se disminuyó la preocupación por el género a la hora de realizar cualquier negociación.

Los foros clandestinos de ciberdelincuentes tienen reglas y normas de etiqueta que prohíben la intimidación y el acoso sexual, aunque todavía ocurran. Un foro de ciber delincuentes, Hackforums, cambió su sistema de reputación para incluir una calificación comercial. Las personas han usado puntos de reputación para acosar a otros, lo que puede afectar su negocio, puesto que otros miembros los usan para medir la confiabilidad. Similar a la figura anterior, algunas mujeres han discutido deliberadamente el uso de pronombres masculinos para evitar el acoso.

No podemos concluir que la comunidad se haya vuelto más tolerante con las mujeres. Pero un ejemplo de esto es Alla “Max” Witte, mujer y madre de 55 años acusada por su participación en Trickbot Group. Muchos de los ciberdelincuentes no solo conocían su género sino también su nombre. Era tan querida que, en un momento, los miembros del grupo de ransomware Conti estaban considerando pagar sus honorarios legales. 

En general, se acepta que la mayoría de los ciberdelincuentes son probablemente hombres. En el ejercicio de análisis se mostró que al menos el 30 % de los participantes de foros clandestinos pueden ser mujeres, aunque no discutan abiertamente sus perfiles de género en línea.

Finalmente, nuestra recomendación es que todos los investigadores eviten las suposiciones de personajes masculinos mientras realizan su trabajo (como referirse a un sospechoso como “él” o “sus”), ya que esto crea un sesgo inherente a medida que avanzan en su caso. En su lugar, sugerimos usar “ellos”, que no solo cubrirá cualquier género involucrado, sino que también obligará a los investigadores a tener en cuenta que más de una persona puede estar detrás de un solo apodo y que probablemente pueda ser una mujer.